Cuando hace cinco años me incorporé al trabajo de taxista, no esperaba que uno de mis principales problemas fuera la Guardia Urbana. Supongo que muchos de los lectores conocerán de cerca la realidad del taxi en Barcelona y en el área metropolitana. Tenemos una flota permanente muy por encima de las necesidades reales y todos tenemos que llegar a fin de mes. Hay muy pocas paradas de taxi y las que realmente van bien siempre están a rebosar, por lo que, si te quieres colocar, tienes que ponerte en doble fila y aquí es donde entra la Guardia Urbana, que va a la caza y captura del taxista desesperado. Estaría bien que alguien hiciera un estudio del número de multas a taxistas que se ponen en un solo día en la parada que hay en la plaza de Antoni Maura. A un servidor, este año ya le han impuesto dos sanciones.
La mañana del día de Navidad, por ejemplo, a las diez de la mañana la parada estaba llena y en doble fila, pero no molestábamos a nadie porque había muy poca circulación. Pues bien, vino la patrulla, multó a los cuatro taxistas que estaban en doble fila y, cuando salí del taxi para hablar con los agentes y pedirles que el día de Navidad no nos multasen, me amenazaron con ponerme una multa si no volvía al coche. Otro día, un agente me puso una multa por estar en doble fila y, cuando le comenté que ellos también hacen cosas incorrectas como aparcar en doble fila para desayunar, me dijeron que si hay una emergencia deben poder llegar rápido al coche. Le respondí que si se creía que yo estaba allí para pasar el rato, para divertirme. Por cierto, me puso la multa cuando la plaza estaba prácticamente vacía. Espero que alguien haga algo para acabar con este acoso brutal de la Guardia Urbana.
SALUT Y BUEN VIAJE.
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